30 de marzo de 2007

Lluvia



Como toda la semana, hemos contemplado desde la ventana cómo el tráfico se movía entre la lluvia. Esta misma mañana los vehículos tenían más luces que la que daba el sol y las gotas se filtraban por la persiana como el café recién hecho cae en la taza.

Es la noche al día, las sombras nos sonríen y nosotros sólo podemos elegir entre también oscurecernos o volvernos agua. Optamos por lo segundo y nos metemos en la ducha. Cómo tener calor cuando llueve es sólo explicable en una ciudad lluviosa. El otoño se acerca, es decir, ya estamos en otoño, pero hay que pensarlo para darse cuenta, pues apenas hace unos días sudábamos igual, pero sin lluvia.

Lluvia, lluvia, lluvia, la palabra cae sin parar, como una tormenta.

19 de marzo de 2007

El sueño de Montevideo


Una semana después, el recuerdo de Montevideo parece un sueño. Bueno, en el fondo los recuerdos tienen mucho que ver con los sueños, de modo que no está mal tener esa percepción.

Soñamos que un extraño personaje llamado Bush visitó una ciudad tranquila y pacífica, y la volvió ruidosa y violenta, con planfletos en los que se leía de todo menos guapo. No se sabe bien qué vino a hacer allí, pero turismo creemos que no.

Soñamos con el Cerro, un lugar verde, como los prados bucólicos, que contenía unos vidrios duros, con nombres grabados de personas que no están. Desaparecidos las llaman. Y a los vidrios, monumento a los desaparecidos. Ese lugar estaba rodeado de unas rocas agrestes y no hay flores, apenas el buen deseo de algunos. Otros, en cambio, declaran peligroso el lugar y no recomiendan visitarlo. Claro, la memoria puede ser muy peligrosa.

Entreverados en el sueño aparecen tres personas, en el recuerdo, ellos también recordando...militantes estudiantiles, compañeros, docentes, sin saber aún hoy dónde están. Sí, la memoria es muy peligrosa. No nos deja de interpelar 31 años después...

Soñamos con personas tomando mate (una bebida afrodisíaca) en la calle. Los uruguayos se consideran muy humildes, no quieren apreciar cuanto tienen y prefieren quedarse sentados a la sombra, cerca de casa. Y bué, qué le vachaché, que es como decir que son como son, en el pequeño país donde dicen que viven. Y sin embargo no deja de ser un gran país.

Con tanto soñar mejor nos vamos a dormir. Y le dedicamos a la ciudad un poema que dice:

"Oh, Montevideo, etc."

12 de marzo de 2007

otras orillas






















Nosotros los habitantes estamos en el medio de un sueño o los habitados están viajando por otras orillas y nos llegan ecos dispersos diversos de otra orilla...



Montevideo sin sol es mucho más interesante, porque te cuenta la verdadera sombra de las cosas...

Hasta la vuelta.

4 de marzo de 2007

Mañana de domingo


La noche termina al despertar y entonces los habitantes, en su ensueño matutino, descubren su entorno. Así, en la cocina, se ha creado un microcosmos entre unos objetos disímiles, que no se llevan mal después de todo, pues cada uno ha sabido encontrar su espacio y acomodarse en la encimera.

Los habitantes, incrédulos, los contemplamos e intentamos amistarnos con ellos, para formar parte de ellos. Habría que tratar con cariño lo más cercano, no sea que un día se canse de soportarnos y nos falle cuando lo necesitamos y se esconda y no quiera saber más de nosotros: el abrelatas, la cuchara de los postres, qué más da el sujeto si es nuestro objetivo.

Bueno, nos estamos enroscando, como cuando nos desperezamos por la mañana. No hablaremos de despertares ni de luces que nos acompañan. Subimos la persiana y ya está, ahí está, a levantarse.