17 de agosto de 2007

Contra la mala suerte

Hay tantas cábalas contra la mala suerte que por sí mismas formarían un monólogo. Pero de eso no se trata. Los habitantes se sienten solos porque se sienten dos. Qué mala suerte ser dos, hay que pensar el doble y no hay conjuro que valga contra la mala suerte. Y de tanto nombrarla ya la hemos conjurado lo suficiente. Además, no hay gato negro que se nos resista a acariciarlo. Es como tener entre las manos a la noche con pelo.

Entonces hoy nos levantamos con el pie izquierdo, nos miramos en el espejo roto con el gato negro restregándose contra nuestras piernas, nos lavamos la cara trece veces y al mal tiempo le pusimos buena cara para que a la cruda realidad le demos vuelta y vuelta y nos la comamos en su punto. Y terminemos tirando un poco de sal por encima del hombro. Feliz día, feliz no-día.