27 de diciembre de 2007

Anacrónico

¿Qué sucede entre el segundo
que te mueves y el segundo
que te veo? ¿Eres un reflejo
del deseo o un recuerdo
deseado? Si te pierdo
y te encuentro sin haberme
enterado. Lo absoluto
es esencia del ridículo.
Yo así me pongo retórico,
pues de tanto pensar digo:
Cámara oscura y lúcida,
¿por aquí estás, eres vida?
Lo hago a este ritmo cuando
la apago alucinado,
ofuscado; vete a saber.
Será tal vez cosa del sueño.

24 de diciembre de 2007

Días de fiesta

Estoy obligado a nada.

Mi deber
es ser olido,
mi deber
es ser oído.

Nada más que estar aquí.

Estoy condenado al ciclo,
repetido como las rimas,
predecible como el sueño.

Cumplo. Obedezco. Acato.

23 de diciembre de 2007

Pausa sostenida

Entre el crepúsculo y el alba
una luz cambiante se desliza
materia de sombras
cortejo de brumas
desmenuzando
copo a copo
el tiempo
que fue
alquilado
hasta marzo.

(¿O ése es el margen que tengo
para subsanar los errores?)

20 de diciembre de 2007

(a + b)² = a² + 2ab + b²

(Verdad, Realidad): Poema.

La verdad es que te confiese...
aunque no tenga sentido y deje cicatriz al rascar el vidrio
sucio con la uña y a gritos.

Invisible como una mosca
en el aire, la realidad sólo se ve si se observa
a distancia... lenta, ya sabes.

Da igual: los problemas perviven
por... mucha sinceridad y mucha certeza que tengamos
cuando balbuceo un poema.

19 de diciembre de 2007

Se fue

Me duele un dolor.
Ay, no sé dónde lo dejé.
Ay, no sé dónde lo perdí.
Cántame la música,
Préstame tus males,
Que los acaricie,
Que te los arranque,
que no estemos solos.
Ven, seamos pares,
rompamos este discurso.

18 de diciembre de 2007

Nebulosa

Callado, el sueño serpentea
Por los párpados abiertos
Por la luna giratoria
Por el peso de las manos
Cae: rueda: ondea: se ensancha
El sol que es un sol que es un sol
Brilla
Y cuando la cabeza tiene piernas
Y como se recuesta la ventana

15 de diciembre de 2007

Un negro muro

El olor del frío por la noche.
La música ardiente del cuerpo.
Un árbol amarillo sin hojas.
No hay palabras para contar
ni describir, ni representar
todo este ambiguo
silencio.

14 de diciembre de 2007

Madrugada


Insomnio. Letanía de contar las horas. Somos parecidos a la sombra de un sueño. El pelo, hirsuto, se enreda y explora las vueltas de la almohada. La cara, dormida, se expande reblandecida, tan tranquila, vestida. Abrimos y cerramos los párpados hinchados. Ruido de hierba seca, sábanas. Hace tiempo que están desiertas las calles, reverbera el eco de la respiración.

Sí, todo eso está muy bien, pero cuando uno no puedo dormir no admite razonamiento alguno porque pensar significa no poder dormir y así puede pasar la noche cuando, por curiosidad, miramos el reloj y vemos que ya son las cinco y como respuesta a nuestro lamento un gallo canta en alguna parte.

Por suerte esta insomnio de madrugada hoy sólo existe en esta oscuridad cerrada y nada más, pensando en que hay que dormir cuando valdrá la pena dormir, y soñar ya será el beso sublime.