28 de octubre de 2009

¿Por qué los abuelos siempre están en el campo?

Lectura al azar, libro abierto por un dictado de lo que viene a la vista, un texto del tamaño de un cassette o de un paquete de tabaco, el hormigón suficiente para ser diluido en un papel. Viene a ser algo así. Entonces leo y dicto y la historia es tan aburrida como la hora en que el tipo la copió, así que debo improvisar algunos detalles para que no se duerma la lengua. Pero no los suficientes como para que uno de los comensales levante la vista y pregunte con aire infantil la frase que da título a esta sopa de letras. ¿Que por qué los abuelos siempre están en el campo? Trágico silencio. Oh, turpitudine, oh deformitas. ¿Cómo podrá alimentar la pasta cuando le falta sustancia? Démosle forma a la cosa, pues, para no repetir siempre lo mismo, para cuando importe el significado, cuando ya todo lo demás importe:

O C A S O S C O S R
S O R C S R C S O A
C O C A R O S C A S
S C S R R C A C S S
CU R A R S C R O R
S A Z L O G S R C S
R S C R C O S C O S
C S R S C S R C S C
S A C S C R A C R S
C A S C A A C S C A