31 de julio de 2009

El espantapájaros - Oliverio Girondo

Aunque con algunos errores en la parte final de la lectura, es una manera muy visual de leer a Girondo, ya que hoy ha asomado la cabeza por las páginas de alcance personal, disparatado, espantado y con todos los pájaros en la cabeza:


30 de julio de 2009

Durante el breve tiempo que te robe su lectura

Corro el riesgo de que al escribir algo se pierda o que todos los lectores lo ignoren. Pero le daré una excepción al olvido. Si todo esto no me importara no le daría ni una palabra. No engaño. Que jueguen la memoria y el olvido, que gane el mejor. De todos modos tengo que apostar y ya lo he hecho, aunque me arruine y me consuma y pierda todo mi tiempo.

27 de julio de 2009

Inventario de lluvia

Un vaso de agua
dos canciones
tres bocetos
cuatro paredes
un refugio
un cristal

un poema de Prévert

una docena de encuentros
un bostezo
una primera vez
seis dobles nacimientos
una sombra iluminada
un saludo

otro poema de Prévert

un placer
las olas en el aire
dos deseos imantados
un amargo
un sueño dócil
una verdad desfigurada
un exilio en la propia tierra
una calma seca
un silencio

Y unos poemas de Prévert

25 de julio de 2009

El pequeño vals

Cuando la llave no coincide con la cerradura no puede cerrarse la puerta. Aunque haya sido creada y moldeada con ese fin, tras fatigosas transformaciones. La llave puede encajar e incluso girar, pero la puerta sigue quedando indefectiblemente abierta. Porque el calado de la llave será profunda hojalata sin fe ni olvido. Porque siempre habrá un fragmento de la mañana para bailar el vals, este vals, este vals, este vals con la boca cerrada y cuatro espejos donde jugarán tu boca y los ecos.

23 de julio de 2009

Dolor

Uno no sabe cuánto dolor puede soportar un culpable. Lo acepta como consecuencia de su crimen o de su error y así va acumulando una culpa intensiva y extensiva que va aumentando hasta que el castigador puede sentirse también culpable, y entonces no queda más que el dolor. Que se apodera de todo. Que no entiende de motivos. Que castiga sin remordimientos.