27 de septiembre de 2014

La dificultad de comprender

Frecuentad museos, salas de conciertos, mirad las construcciones públicas y privadas, en la calle, con otros ojos, id a exposiciones, deteneos en galerías, escuchad emisoras especializadas en la música en la que os gustaría iniciaros, bebed y comed solamente, si es posible, vinos y platos de calidad, ejerciendo en cada ocasión vuestro gusto, vuestras impresiones, comparando vuestras opiniones, describiéndolas, contándoselas a vuestros amigos, vuestros novios y novias, incluso escribiéndolas para vosotros mismos: todo ello contribuye a la formación de vuestra sensibilidad, de vuestra sensualidad, además de vuestra inteligencia, y finalmente de vuestro juicio. Después, un día, sin avisar, su ejercicio se producirá
fácilmente, simplemente -entonces descubriréis un placer ignorado por la mayoría, en todo caso, por los que se conforman, delante de una obra de arte, con reproducir los tópicos de su época, de sus conocidos o de su entorno.

(Michel Onfray: Antimanual de filosofía)

14 de septiembre de 2014

Michael Bublé

Temporada musical invierno-primavera. Primer concierto al que asisto: Michael Bublé en GEBA. No lo esperaba con ansias pero tampoco le hacía ascos a escucharlo. Mejor éste que los que vendrán después (y que no pienso mencionar aquí). Por lo menos sabe cantar.

En los diarios lo presentan con una mezcla de cariño y argentinización, como sólo saben hacer en Argentina cuando les interesa como propio aquello que puedo serlo, aunque sea de una manera remota. Bublé está casado con Luisana Lopilato (actriz que en ciertos medios levanta atributos como "infartante", "tremenda", "bárbara", etc.) y tiene un hijo llamado Noah, de quien él mismo afirma que es "argentino". Y además declara que no quiere ser visto sólo "como un chico bueno" sino que lo valoren por su música. Mal día para hacerlo. Sobre todo porque ayer llovió durante toda la tarde y el público, fiel, "fanático", febril, iba a aguantar hasta los últimos compases pero la lluvia, el frío, el viento (sumados a la agenda de conciertos, donde figuran en una fecha cercana Río de Janeiro y Sâo Paulo) redujeron el concierto a poco más de una hora (sumando las cuatro canciones del bis) que necesariamente incluyera los mejores momentos del espectáculo.

Y aquí es donde está el problema. Porque si en los "mejores momentos" hay más versiones que temas propios... ¿dónde queda la creatividad? ¿en la puesta en escena? ¿en el sonido? ¿en el baile?

Desde un tiempo atrás llevo lamentando que los espectáculos musicales se reduzcan a cualquier cosa salvo la música. Que es lo que más debería importar. Pero U2 prefiere echar mano de escenarios móviles, Madonna de cambios de vestuario o Kiss de tramoyas y cohetes. En el caso de Bublé fueron los chapoteos en los charcos y los corazones de papel lanzados mientras cantaba All you need is love. Pero en cualquier caso eso no me parecería mal si nos quedáramos con la música. El llamado "crooner" cantó versiones de Cry me a river, FeverFeeling Good, Lucky y hasta ¡Everybody (Backstreet's Back)!, además del tema de los Beatles.
Ninguna aporta nada al mercado de la copia.

Basta comparar su versión con la de, por ejemplo, Nina Simone de Feeling Good:



Pero el espectáculo de ayer será celebrado y recordado con gusto porque el chico "es lindo", "es humilde" y se sabe ganar al público con sus gestos, como recorriendo los pasillos de VIP.

Ante ese repertorio de sutilezas, una señora y una chica con su hija sólo podían hablar así del concierto:

"Él no quería cantar porque nunca lo hace cuando llueve, pero lo hizo por nosotras";
"Estaba colorado, se había emocionado" - "Ah, yo creía que era por el frío" - No, no, le vi lágrimas en los ojos.
"Lo amo, lo amo".

Pero sí, coincido en que tiene buena voz. ¿Que recuerda a Sinatra? Tal vez. Pero no es Sinatra. Ni lo será. En fin, para qué serguir.