Picor en la mano,
calor de los sueños,
las rimas internas,
cadencias sin dueño,
escritas sin gracia
ni soles sureños
que den medida
a lo que no tuvo.
Siempre el acto de diferenciarse
en la indiferencia indecisa
de partirse por la mitad
en el día y la noche
en el recuerdo y el olvido
en el discurso y el recurso
en aquello que no nombro
y olvido como noche
de este recurso incompleto
apenas entrevisto.
Las palabras se asocian
mezcladas, desovilladas
a pesar de mí mismo.
Tanto silencio.
Como si esto fuera el mundo.
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