8 de febrero de 2021

El haikú en Occidente

 El haikú, esa forma poética japonesa tan breve que se condensa en tres versos de 5-7-5 sílabas, está más vigente en Occidente que en Oriente, donde fue agotada por su reiterado uso durante siglos.

¿Pero cómo adaptar el pensamiento oriental al pensamiento occidental?

Porque necesariamente hay que adaptarlo, no reproducirlo sin más.

En muchas traducciones (con lo imperfecta que siempre es una traducción) se pone atención en el significado. Por ejemplo en este haikú de Masaoka Shiki que no tiene precisamente 5-7-5 sílabas:

Primavera en el hogar.

No hay nada

y sin embargo hay de todo.


Byung-Chul Han comenta que «los haikus se definen por el exceso del significante. Apenas tienen en cuenta el significado. No comunican nada». 

Roland Barthes, menos drástico, sostiene que se trata de «obrar sobre la raíz del sentido para lograr que este sentido no huya». Por eso añade que «el haiku no es un pensamiento rico reducido a una forma breve, sino un acontecimiento breve que encuentra de golpe su forma justa».

Por eso necesario observar y que en la expresión prevalezcan los sentidos. Luego ya vendrá el sentido, si hubiera lugar en lo que está pasando.

En Occidente tenemos una rica tradición de formas breves, así lo demuestra el aforismo. ¿Un haikú puede ser un aforismo? ¿Un haikú debe cumplir con la palabra estacional, el kygo? No necesariamente. Pero así como del soneto italiano se logró la forma poética perfecta, el haikú podría ser la forma exacta de la expresión. Así de fácil lo entendió Borges para escribir:

Algo me han dicho

la tarde y la montaña.

Ya lo he perdido.