21 de octubre de 2012

Best seller

El best seller parece el misterio de quien quiere obtenerlo y no sabe cómo. A menudo, de manera más encubierta o más explícita, muchos se preguntan qué es lo que convierte una obra en best seller. Y no dan con la respuesta porque si la tuvieran también escribirían uno en lugar de preguntarse cómo se hace. Yo no quiero escribir un best seller a propósito. No negaré que me vendría bien, por la aceptación y por el dinero, que tampoco es un delito reconocerlo. Pero no escribo con esa idea. Sólo escribo lo que quiero y no me planteo el resultado. Tal vez porque cuando pienso en un best seller no es en el Quijote (que también lo es, desde 1605) sino en otro tipo de libros que sacrifican la calidad literaria para acercar la lectura al público (o ésa es la impresión que dan, aunque ni los autores ni los lectores estarían de acuerdo con este juicio) y como quiero escribir a mi gusto y mis exigencias así me va, creyendo que mi estilo es el más adecuado.

Hace unos días terminé el mayor éxito literario en español de la última década: La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón. Creo que puedo identificar los motivos por los que gusta tanto, pero aunque los enumerase no serían los ingredientes para que funcione la fórmula, así se copiaran todos. La opinión final es la de los lectores, ellos serán los que decidan la suerte del libro. Y lo demás son supersticiones.

Tenía curiosidad por saber lo que había despertado tanto fervor. Y no tardé en comprenderlo: La sombra del viento me recordaba a las películas de Spielberg por cómo uno empatiza con los personajes y cómo la narración se desarrolla de tal manera que te empuja a seguir adelante, para saber más. Es un libro calculado para crear ese efecto y como lo logra hay que decir que está bien escrito. Y sin embargo mis criterios me entorpecen y me impiden verlo como un gran libro. Lo comparo con otros y me doy cuenta de que cae una y otra vez en lugares comunes: el bueno muy bueno (valiente a pesar de sus temores, solidario, fuerte en su debilidad física, comprensivo), el malo muy malo (cruel, sádico, egoísta, sanguinario), la novia bellísima, el compañero gracioso y fiel, el padre protector... A poco que pensara preveía el desarrollo de una trama tan tipificada como los personajes. Pero el gran mérito de esta novela es que te aumente las ganas de saber más y más y más tras la siguiente página. Y éste sería la principal característica de los best sellers. El resto sería un análisis más o menos exhaustivo, más o menos acertado pero no deja de ser una hipótesis. Pues, como se sabe, de los gustos hay mucho escrito, y más habrá mientras haya quien los deguste.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No podrìa estar mas de acuerdo contigo con respecto a los Best Seller

Óscar Martín Hoy dijo...

Me alegro de que estés de acuerdo, querido anónimo. Lo celebro contigo.

Ego dijo...

Habitante, vergüenza me da decir esto pero justo ese libro lo tengo atragantado. Hace tres veranos que se dice pronto, que empecé a leerlo y no hay manera, es que no puedo. Sobre todo me irrita tanto adjetivo. Es como sí las cosas las tuviera que describir con mínimo dos o tres adjetivos. No sé, será cuestión de retomarlo un día de estos.

Abrazos!!!!!!

Óscar Martín Hoy dijo...

No pierdas el tiempo con uno que se te atraganta, habiendo tan buenos libros, Casicas querida. Un abrazo, ¡gracias por la nueva visita!

Ego dijo...

Querido habitante, qué sabio eres. Siento que me has quitado un peso de encima he incluso he dado tu consejo a una niña. También tenía atragantado uno y también he visto en su cara pasar de angustia o impotencia a satisfacción y liberación. Quién sabe, como otras cosas en la vida, simplemente será que no era el momento. Puede que tenga su momento en el futuro. O no,je je
Abrazos kilométricamente cercanos!!!!!