24 de enero de 2015

Puertas

Una puerta siempre está abierta. Por mucho que la ajustes, por mucho que la selles, una puerta nunca puede cerrarse del todo. Se construyó para abrirse.

2 comentarios:

Men dijo...

Habitante y amigo, tengo una duda... ¿por qué inventamos los cerrojos y las llaves? ¿qué tememos de las puertas que se puedan abrir? ¿el nuevo espacio que nos espera?


(al final han sido varias, no una ;)

Óscar Martín Hoy dijo...

Tuve que pensar mucho para hallar una respuesta, Men, y aún así no me satiface lo que te digo.

Inventamos cerrojos y llaves porque tememos el exterior, lo que puede entrar.

Por eso tememos que las puertas se puedan abrir.

El nuevo espacio que nos espera siempre da miedo: en un grado mínimo sólo son nervios, luego intriga. Y en grado extremo es pánico, terror.