25 de julio de 2008

Sol y frío

Este título más bien parece adecuado a un mensaje, un título conciliador dirigido a alguien a quien hace tiempo que no ves, de quien apenas tienes noticia, salvo los mensajes de correo, que vendrían a ser como éste si fuera éste un mensaje.

Sol y frío esta mañana. Me levanté tarde y al mirar por la ventana vi el habitual tráfico fluido y desordenado. Vino primero el frío, puro, vestido de inocencia. Se demoró unos días pero por fin apareció y se trajo la lluvia, intensa, inmensa como una inundación. Luego vino el sol sin esperarlo y rizó la tarde. Etcétera. El mensaje vendría a ser algo así.

Pero claro, esto no es un mensaje sino una anotación de entretiempo que tiene que ver con un momento de calma, y si además es de reflexión mejor aún.

Así que vamos a ver. Pongamos que, ya que hablamos de mensajes y de sol y frío, ensayamos un haikú. Recordamos la estructura 5-7-5 del haikú tradicional, la adaptamos al pensamiento actual de naturaleza urbana y así surgiría el primer verso, "sol y frío", si no fuera porque tiene cuatro sílabas y no cinco: sol/y/frí/o. Entonces la sílaba que falta debe ser una sola palabra, quizás un artículo o una preposición o una forma verbal.

Artículos: un, el, dos, mi... No, no corresponden.
Preposiciones: de, con, tras, sin... Suena un poco mejor pero habría que pensar cómo sigue.
Formas verbales: es, hay, fui... Viene a ser como las preposiciones, depende del segundo verso.

Primera sugerencia: "compongo la mañana". Por tanto pongamos:

De sol y frío
compongo la mañana

Es salvable el resultado. Pero falta el tercer verso y de él ahora dependen los dos anteriores, que parecen formar una frase cerrada. Por tanto, el tercer verso podría ser otra frase de (recordemos) cinco sílabas. Y además debe ser una frase que provoque un cierto efecto de sorpresa, como es propio del haikú, pues hasta ahora nos movemos en lo previsible. ¿Qué podría romper este ritmo cansino? Una acción, lejos del sentido descriptivo. Una acción de lo que podría venir después. ¿Sugerencias?

La primera, un contraste con la mañana: "no anochece" o "no anochezco". No, no resulta.

La segunda, una combinación de nombre y adjetivo del mismo sintagma: "mundo vacío". Ésta tiene la ventaja de que rima con el primer verso, que también es el de cinco sílabas, aunque la rima es innecesaria en el haikú, pero si ayuda no hay que despreciarla.

No está mal el nuevo sentido que le da esta opción, como si reforzara el sentido de componer (hay una ligera oposición) y uno pudiera hacer lo que quisiera, sin atener a las previsiones, pues el día nace y uno lo hace. Y bueno, así parece que, después de todo, hemos salvado el poema y la mañana. Y ahora podemos seguir.

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