5 de agosto de 2009

Machuca

En la tele, con su desparpajo habitual, han mostrado en las noticias una de las numerosas escenas violentas con que nos acribillan cada día; y como colofón han añadido al finalizar el vídeo: "algo para reflexionar". ¿Pero qué reflexión se puede extraer de la sinrazón? La violencia, pura y llana, sólo provoca el deseo de huir de ella, al menos para quien no disfrute viéndola o practicándola. Pensamiento y sensibilidad están fuera de lugar.

En cambio, hemos visto una película que tiene mucho para reflexionar. Eso sucede porque en ella la violencia nunca es el motivo principal. No existen morbosos primeros planos de agresiones, secuestros o asesinatos. Y no por eso va a ser menos expresiva ni va a impresionar menos porque deja lugar precisamente a la emoción. Cuando la violencia lo llena todo, aparte de malsana, no puede transmitir nada porque no contiene nada. Así, gracias a la película entendemos qué pasa, aunque en el fondo no lo entendamos pero lo entendemos, de manera increíble aprehendemos la lógica de la sinrazón. Por eso vale la pena poner un vídeo aunque sólo sea el trailer, que sin apenas mostrar algún detalle muy incompleto, nos permita entrar por un momento en el Chile de 1973, tan sutilmente actual:

2 comentarios:

mare dijo...

Cuando la historia es testimonio, por si misma habla, no necesita primeros planos, ni sangre.
Y menos si la consecuencia es la herida infinita para Latinoamerica.

Óscar Martín Hoy dijo...

Tal cual.Lo dices tan claro que no tengo que añadir nada más. Sólo darte la razón en cada una de tus palabras.