9 de enero de 2010

Prosa, poesía

Después de una entrada de año tan celebrada ahora viene un tema prosaico. O poético, según se mire. La cuestión es que una mañana los habitantes se desperezan, desayunan, salen a dar una vuelta, hacen unas compras, visitan la biblioteca y allí hojean un artículo poético titulado "De la improvisación a la conciencia poética: pasaje de ida y vuelta"; y en medio de esa verborrea los habitantes también encuentran la suya, cuando parecía que se había quedado entre las sábanas, y no se les ocurre otra cosa que preguntarse qué diferencia la prosa de la poesía, esa interrelación que tantas veces se ha abordado como prosa poética, poesía narrativa y demás torpezas.

¿Pero a quién puede interesarle este tema? Si dicen que hoy nadie lee poesía (o, como se cuenta en el artículo hojeado, los poetas se leen unos otros, el público de la poesía son los propios poetas). Bueno, también dicen que hoy sólo leen unos pocos, pero se ve que la palabra más buscada en la categoría Compras es precisamente 'libros'. Al menos en ese estudio porque éste otro tiene pinta de ser más exacto y el tema por el que giran todas esas palabras no podía ser otro que el sexo, que no está relacionado directamente con la poesía. Y por si fuera poco estamos en crisis. Y "nadie quiere oír hablar de principios, sean poéticos o de cualquier otra índole". En fin. Como se trata de animarnos un poco diremos, sin corrernos, que así como hoy se lee más que en ningún otro tiempo porque los libros están más al alcance de la mano y de la vista también es de suponer que hoy se lee poesía más que nunca, aunque no venga firmada por Shakira, Sandra Bullock o Kobe Bryant, al menos hasta que no publiquen sus poemas. Así que ya que se ha lanzado el tema que aterrice.

La extensión, la disposición,
el ritmo, la rima
de frases y versos.
Todo eso viene muy bien
como ayuda
y sin duda es muy valioso.
Pero esto no convierte
estas líneas en poema.
Esto es prosa.
¿Por qué?
Pues sobre todo
porque está escrito
pensado como prosa.
Pero no es imprescindible.

Lo que es determinante para distinguir el verso y la prosa es el resultado:

Cuando nos admiramos del lenguaje en que está escrita una obra estamos hablando de poesía; cuando nos admiramos de cómo está construida una obra para que liguen todas sus partes y se desarrollen de tal manera que capten nuestra atención, eso es prosa.

Claro, se podrá decir enseguida que no, que no es así, que la poesía necesita que todas sus partes se liguen y que es importante todo el lenguaje. Eso es porque ambas obras son literatura.

También se dirá que algo hay de verdad, pero habría que matizar, acotar, explicar. Bueno, lo importante es plantar el germen, la semilla. Luego cada uno lo hará crecer a su gusto, podándolo, guiándolo con cuerdas y bastones, hasta llegar, una vez más, a la literatura. Y por ahí también hasta llegamos a la poesía.

No hay comentarios: