23 de abril de 2007

Sant Jordi

Hoy los habitantes se ponen las galas, juntan los tópicos y se preparan para celebrar Sant Jordi, el día del libro y de la rosa.

Hace tiempo que no sacaban la cabeza por la ventana, se entretenían subrayan notas, diálogos y poemas. Y disfrutaban viviendo sólo en las palabras de los demás, que en el fondo son suyas y por eso las reconocían.

Pero hoy es San Jordi, el caballero blanco que le dio por pelearse con un dragón, algo así como Teseo con el Minotauro pero sin laberinto. Claro, con tanta vuelta aquí es donde queríamos llegar: al laberinto.

Ante un laberinto los habitantes se sientan, se adormecen y piensan en cualquier cosa. Para ellos cada día es un laberinto porque cada día pasean y con el deambular uno se pierde.

Entonces, ¿hoy también? Pero claro, ¿dónde se vio sino la vuelta? Si, para encontrar el camino, en lugar de ir desenrollando el hilo, éste se hizo ovillo.

Bueno, hoy nos quedamos con el laberinto de la rosa. Y por eso no lo deshacemos. Lo creamos pétalo a pétalo.

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