2 de noviembre de 2007

Tarde




Su nombre no engaña. La tarde es el tiempo de las horas perdidas. Por la tarde siempre será tarde, siempre llegando en último lugar, en el último tren, el último de la fila. El otoño, el otro año.

Hay una bruma que nos impide ver lo que hay más adelante, sólo queda atrás el pasado, eso que damos por sabido hasta que es pensado. Pero no lo pensamos, nos importa más lo que viene después de la niebla.

Las ruedas giran, los días pasan y como no llega respuesta de ningún lugar construimos una casa que habitar. La casa que nos dé seguridad, las paredes que nos arropen del frío exterior, de ese frío desconocido que no sabemos de dónde viene. Nos creamos un dormitorio donde dormir, un comedor donde comer, una cocina donde cocinar y cuando todas las piezas están armadas respiramos satisfechos de haber acabado el puzzle. Para no temblar bajo el sol.

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