19 de noviembre de 2008

Carlos Núñez & amigos

¿Qué es lo que convierte a un artista en excepcional? Su capacidad de conmover, de crear un fenómeno artístico como nadie más puede hacerlo. Eso podría ser.

Anoche los habitantes soñaron que asistían al concierto de un músico excepcional. Por eso aún tienen capacidades de expresarse, pues nos quedamos mudos, sin más recursos que el del balbuceo. Nuestra mente fluctúa como la cámara de este vídeo, de alguien que pareció soñar lo mismo que nosotros:



Así que vamos a pasear un poco. Blablabla blabla blabla blablabla bla bla bla.

De repente estamos en un bar irlandés, en la Navidad de 1829. Arriba todos. Las cervezas se entrechocan y hay un loco que ha confundido la gaita con una jarra y se la bebe para fuera de sí, está poseído por un reel, a ver quién le para los pies ahora si no se le ven, siempre es viernes en toda la pantalla, como quien levanta la mano y con ella el brazo y con ella la cabeza, la cabeza tiene una efervescencia blanca entre el entramado de luces y tramas, el cañón que ilumina el cielo y la imagen borrosa y para qué contar más si ya está todo dicho y aún no se ha dicho nada.

Uuujummmmmm

Que prevalezca ese recuerdo y se olviden las pesadillas, no sea que uno se confunda con la realidad.

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