25 de julio de 2009

El pequeño vals

Cuando la llave no coincide con la cerradura no puede cerrarse la puerta. Aunque haya sido creada y moldeada con ese fin, tras fatigosas transformaciones. La llave puede encajar e incluso girar, pero la puerta sigue quedando indefectiblemente abierta. Porque el calado de la llave será profunda hojalata sin fe ni olvido. Porque siempre habrá un fragmento de la mañana para bailar el vals, este vals, este vals, este vals con la boca cerrada y cuatro espejos donde jugarán tu boca y los ecos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
toma este vals esteeeee valsss