20 de febrero de 2011

Nota de diario

En este simulacro de diario (y ya es otro tipo de monoambiente, como el laberinto de Borges) me encuentro con una verdadera página de diario, es decir con las anotaciones tomadas en un día que siguen las del día anterior y seguirán las del siguiente. En este caso son nada menos que las de Fernando Pessoa, que sí, también escribió un diario, aunque dudo que alguna vez se le ocurriera publicarlo (¿por qué todos los textos de un escritores se suponen literarios?). Ésta es la del 9 de marzo de 1913:

De casa a la Brasileira. Boavida me dio un promenoir [un pase] para el concierto del Teatro de la República. En el concierto hasta las seis. Inferior - me pareció - a la sinfonía de Freitas Branco. Boavida, que estaba después en la Brasileira, y Cortes Rodrigues, con quien había ido al concierto, estaban de acuerdo. Después del concierto, en la Brasileira, estuve oyendo a Eugénio Vieira leerme algunos versos aceptables, un buen soneto. Es curiosa su enorme vanidad, aunque inofensiva. En casa, después de la cena, dormí. Nada literario en todo el día.


¿Es necesario documentar un día como éste? Sí, sin duda, porque este día no es una excepción, no es de los más breves ni más largos, ni de los más productivos ni más insignificantes. Se trata de la actividad de un día cualquiera asistiendo a un acto cultural, hablando con los otros de lo que uno hace. Y sobre todo pensando.

Es preciso escribir: hoy no hice nada. Nada literario, nada que valga la pena destacar. Montaigne cuenta que sus actividades preferidas son tres: conversar, leer y meditar. Pero ese mismo capítulo lo comienza diciendo: "No hay que adherirse con tanta fuerza a los propios humores y a las propias inclinaciones. Nuestra principal aptitud es saber aplicarse a usos diferentes". Y si un día no hacemos nada está bien, no hicimos nada. Mientras seamos conscientes de la nada y nademos en ella hasta salir a la superficie. Pues los que no nadan acaban hundiéndose; los que no nadean también.

3 comentarios:

Noelia A dijo...

"Mientras seamos conscientes de la nada y nademos en ella hasta salir a la superficie" Lúcida reflexión. A veces se siente que porque uno no lee algo, o porque uno no escribe algo durante el día, es como que ha perdido el tiempo. En realidad se encesitan hacer otras cosas, para tener qué escribir y para poder devolverse a la lectura con renovado brío. ¿Verdad? Interesante lo de Pessoa.
Un abrazo

Noelia A dijo...

*necesita

Óscar Martín Hoy dijo...

Sí que es interesante lo de Pessoa. Y no es lo único, es todo el libro en sí, tan intrascendente, tan necesario:

"No sé quién soy, qué alma tengo.
Cuando hablo con sinceridad, no sé, con sinceridad, de qué hablo. Soy distintamente otro diferente de ese yo que no sé si existe."