6 de febrero de 2011

Un cadáver exquisitamente escolar (a cuatro manos)

Entre horas y minutos, voy pausando mis disgustos, desembozando
esta alma mía, que sale volando cada vez que ve a Lidia.
Esta alma mía lleva veneno, un veneno perturbado. No es malicia,
sólo es lo que pienso, siempre y cuando suceda
lo que a veces por quererlo van desenlazando
sueños entre lluvias y tormentos, sueños entre vientos y mares.
El fuego sale de mi alma. Sin rumbo ni sentido y
no sabe qué es, pero so lo mira como si fuera
un bicho verde que mostraba la esperanza del que ama, del
que siente y se lo calla y se lo come.
Alimentos imaginarios que eran como frutos de un paraíso donde
se empleaba a fondo. O eso parecía de cerca.
Entonces el tiempo se vestía y se desvestía, como día y noche en
tu regazo me dormía. Era un regalo sin sentido, sin personalidad, no encontraba
sentido inverso o sexto sentido, aunque el niño de
la película de una vida que termina en el amanecer de los soñadores que la olvidan.

2 comentarios:

Ego dijo...

Cuánto tiempo sin pasarme. Es que esto de ser escuerzo y vivir bajo tierra es lo que tiene...

Me ha gustado mucho este exquisito cadáver. Me apunto a próximos :)
Ah, y que sepas que me he quedado ciertas frases demoledoras que me han encantado

Por cierto, felicidades a los que andéis enamoriscaos :)
El amor estará siempre en el aire
http://www.youtube.com/watch?v=B-OP5c34Nhk

Un saludo

Óscar Martín Hoy dijo...

Gracias por la visita, nunca llega tarde si es buena. Y si encima te gusta el cadáver exquisito, aún mejor. Es regalo que compartí (me hicieron y les hice) a mis alumnos. Mira cómo son que hasta te dan frases demoledoras. Un beso, nos vemos pronto.