10 de junio de 2011

La realidad y yo

Como hoy Chantal Maillard se ofrecía a dar una entrevista nos hemos animado a hacerle una pregunta y ha sido una de las que ella ha querido contestar. La pregunta era nada menos que:

La autobiografía es una transfiguración de la realidad, ¿pero hasta qué punto podemos confiar en la realidad? ¿Y en uno mismo? Muchas gracias, Chantal, por darme una voz donde reflejarme.

Casi nada. Aunque también hay que decir que era una pregunta con la que lucirse, y más tratándose de alguien como Chantal Maillard, que escribió:

Sin embargo,
sin embargo,
sin embargo... No me
fío de mí. Nada es
permanente. Menos
lo es la palabra. Esto
tampoco,
esto tampoco,
esto tampoco. No me fío,
no te fíes de quien
dice, de quien
habla, de lo que se
dice, de lo que dices,
de lo que digo,
no me fíes,
no te fío.


Su respuesta no decepcionó:

Toda historia es invención, ya sea personal o colectiva. Se crea a partir de unos cuantos elementos que se extraen de una multitud posible. ¿Confiar? ¿Quien nos pide confiar? Sólo en lo idéntico a sí mismo podríamos confiar, porque sólo lo idéntico a sí mismo es inalterable. Por eso creamos al Dios racional: uno e idéntico, a imagen de nuestros conceptos.

Es cierto. Y además su opinión coincide con la nuestra. Por eso mismo éste es un diario que nunca lo ha sido, ni en su sentido temporal (escribir aquí todos los días mmm como que nunca se ha hecho) ni en su sentido confesional (por mucho que haya una sección que se llame "confesiones"). Pues todo texto se crea como invención, es decir se convierte en ficción porque elegimos las palabras, el orden y hasta el caos en que se escribirán. Y aún así pronto dejan de ser nuestras, se desvinculan de nosotros y van a su aire. ¿Quién las leerá? ¿Qué entenderá de ellas? Incluso el testimonio más verídico puede ser ficción. Y en eso estamos. Partimos de una anécdota y llegamos a algo más, que no sabemos qué es, que no admite ser definido, encerrado, contemplado como sinónimo de la verdad. No somos idénticos. Vamos cambiando.

3 comentarios:

Ego dijo...

Vamos transformándonos, sí

Cuánto tiempo sin pasarme :( sorrissss, pero qué gusto leerte

Y si cambiaran las tornas? Si las letras cobraran la palabra... ¿qué nos dirían?

Un abrazo

Noelia A dijo...

Difícil de conceptualizar la realidad. De mucho de lo que se escribió con fines literarios se tomaron datos históricos, y mucho de lo escrito con fines documentales se ha leído como literatura.
La realidad tiene sus gérmenes en los ojos que la juzgan.
Terry Eagleton: "Todas las declaraciones descriptivas se mueven dentro de una red de categorías de valor."

Un abrazo, y buen post

Óscar Martín Hoy dijo...

Mari, las letras tienen tanto que cobrarle a la palabra que les faltaría crédito, por todo lo que aún falta. Me alegro de verte por aquí, también nos queda pendiente otra buena charla. Un abrazo.

Noelia, no conocía a Terry Eagleton, voy a ver si puedo leer algo de ella. Y sí, sigo dándole vueltas a la realidad, describiéndola, desdibujándola. Un abrazo, hasta pronto.