9 de febrero de 2013

El sujeto, presente

Leyendo el análisis de Foucault sobre Las meninas me encuentro, una vez más, cómo se regodea porque el sujeto no está en el cuadro:

"Quizá haya, en este cuadro de Velázquez, una representación de la representación clásica y la definición del espacio que ella abre. En efecto, intenta representar todos sus elementos, con sus imágenes, las miradas a las que se ofrece, los rostros que hace visibles, los gestos que la hacen nacer. Pero allí, en esta dispersión que aquélla recoge y despliega en conjunto, se señala imperiosamente, por doquier, un vacío esencial: la desaparición necesaria de lo que la fundamenta - de aquel a quien se asemeja y de aquel a cuyos ojos no es sino semejanza. Este sujeto mismo - que es el mismo - ha sido suprimido. Y libre al fin de esta relación que la encadenaba, la representación, puede darse como pura representación".

No.

Si el sujeto quiere librarse de la representación que la encadenaba no puede desear ser pura representación.

No me vale esta aporía.

La estética posmoderna se empeñó en diluir a los sujetos por el flujo de la sociedad de masas. Ni sujetos ni autores. Pero no lo logró.

Los nombres siguen siendo vitales. Nos salvan del destierro,del tiempo lo cura todo, del todo vale, de la indiferencia del presente, de la nostalgia del pasado.

No es lo mismo estar en España o en Argentina. No es lo mismo llamar a Francisco J. Lema Bretón por su nombre y por sus esfuerzos como activista para evitar los desalojos de las casas devoradas por los bancos que dilapidarlo como una víctima más del sistema actual en crisis. No es lo mismo escuchar una canción de fondo mientras compras que detenerse al ritmo de Walk de Ludovico Einaudi un sábado por la mañana.

Para volver a Velázquez y a Foucault, el vacío esencial del cuadro sólo podría percibirse por quien quiere llenarlo. Yo no puedo ser Velázquez. Yo no puedo ser Foucault. Yo quiero ser yo. Y esto no es una abstracción. Yo seré siempre quien imagines y mi imagen te acompañará, aunque mañana cambie. Hoy yo soy y seré yo. Hoy seguirás siendo tú. Tú estarás presente. Y seguirás siendo tú, no cualquiera. Entre tú y yo.



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