30 de marzo de 2007

Lluvia



Como toda la semana, hemos contemplado desde la ventana cómo el tráfico se movía entre la lluvia. Esta misma mañana los vehículos tenían más luces que la que daba el sol y las gotas se filtraban por la persiana como el café recién hecho cae en la taza.

Es la noche al día, las sombras nos sonríen y nosotros sólo podemos elegir entre también oscurecernos o volvernos agua. Optamos por lo segundo y nos metemos en la ducha. Cómo tener calor cuando llueve es sólo explicable en una ciudad lluviosa. El otoño se acerca, es decir, ya estamos en otoño, pero hay que pensarlo para darse cuenta, pues apenas hace unos días sudábamos igual, pero sin lluvia.

Lluvia, lluvia, lluvia, la palabra cae sin parar, como una tormenta.

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