13 de octubre de 2008

Mímesis

Acabo de descubrir por casualidad (como suele pasar con los descubrimientos) una nota sobre un tema que traté hace días, expuesto de una manera más sistemática y reflexiva. Eso me da pie a pensar, una vez más, en lo que consideramos plagio y original, esas palabras que, como todas, vagamente sabes qué significan, pero que usamos a menudo para condenar o glorificar a alguien. Así, de manera sistemática y reflexiva, se me ocurren unas consideraciones sobre estas historias.

1. Si alguien más habló de algo que tú también pensaste es que era algo lo suficientemente interesante como para ser pensado más de una vez.

2. Si alguien más habló de algo que tú también pensaste es que era algo tan obvio que cualquiera podría darse cuenta.

3. Si alguien más habló de algo que tú también pensaste es que era algo que alguien más pensó antes que tú, alguien que no habrás conocido como, a su vez, quien lo pensó después de ti tampoco te ha conocido.

Dicho lo cual la mejor dicha es enmudecer y luego repetirse hasta el infinito en el círculo de ignorancias comunes.

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