18 de junio de 2010

A José Saramago, vivo

El Ensayo sobre la lucidez viene encabezado con la dedicatoria "A Manuel Vázquez Montalbán, vivo". Es para creer que hoy también a José Saramago hay que dedicarle unas palabras por estar vivo y no por haber muerto. Así dijo en una ocasión: "Escribo para comprender, y desearía que el lector hiciera lo mismo, es decir, que leyera para comprender. ¿Comprender qué? No para comprender en la línea que yo estoy tratando de hacerlo; él tiene sus propios motivos y razones para comprender algo, pero ese algo lo determina él." Y la frase contiene tanta verdad que enseguida se convirtió en célebre. Esto es algo que siempre me ha llamado la atención en él: la profunda verdad de sus juicios, tan meditados e incuestionables como la sabiduría de los ancianos, aunque nunca lo he visto como un anciano de pelo blanco. A José Saramago, vivo. Lo vi una vez en persona y apenas intercambiamos unas palabras. Le di la mano diciéndole que le saludaba entonces, ya que no quedaban entradas para asistir a su conferencia. Y él me contestó con vaguedad: "lo siento, qué puedo hacer yo". No insistí. Era absurdo forzar una conversación. Quién soy yo. Qué podría haberle dicho que no sonara repetido, por improvisado que fuera. En una entrevista sostuvo que para él los tres escritores fundamentales del siglo XX son Pessoa, Kafka y Borges. De entre los escritores vivos, José Saramago es uno de mis escritores más admirados, junto con Enrique Vila-Matas y Herta Müller. Las preferencias se crean su lugar, aunque nunca las hayamos formulado. De José Saramago he leído una considerable cantidad de libros y en todos ellos me he dejado acompañar por la anécdota con que se inician. Como Kafka y Borges y Pessoa, José Saramago está hecho de literatura porque no podría ser otra cosa. No seré yo quien me ponga retórico con obituarios. Yo también necesito comprender. Y hay tantas cosas a los que no les encuentro el sentido.

2 comentarios:

Noelia A dijo...

Considerate afortunado, pudiste saludarlo en persona en vida, eso es un buen recuerdo. Me hubiera gustado decirle lo mucho que me gustó "La caverna", libro que me llegó mucho más que el célebre "Ensayo sobre la ceguera" (que fue el primero que leí de él, y me gustó muchísimo) por lo entrañable de los personajes: el alfarero, la hija, el perro Encontrado, Marcial gacho...
A Pessoa lo hace partícipe en "La muerte de Ricardo Reis", lo que me hizo sospechar que admiraba a dicho autor. También a mí me parece bueno Pessoa, existencialista, inquietante.

Óscar Martín Hoy dijo...

Sí, me siento muy afortunado de todas las personas a las que he podido conocer, tan valiosas y que hayan fijado su atención en mí.

De La caverna también guardo muy buena impresión por sus personajes, incluyendo ese perro de nombre inolvidable, Encontrado. En tan escasas letras había más expresión que en cualquier discurso al uso.