23 de junio de 2010

La vida en celeste


Ha pasado todo un año de espera y por fin los Habitantes volverán a hablar en plural. Hoy el viaje a la Tierra Plateada tiene fecha, una fecha tan próxima como que bastará que pasen dos semanas para que llegue y disfrutar las doce horas de vuelo, el catering, el sueño... para regresar a la tierra prometida. No hay fatiga que valga para tan alto premio.

Durante estos años muchos me han preguntado por qué me gusta tanto Argentina, qué pasa, si no me siento a gusto en España, que estoy loco por querer irme allá cuando todos quieron salir, etc. Y sí, soy consciente de todo eso y también de la corrupcion, de la inseguridad, de las abismales diferencias sociales, de la inestabilidad económica (hoy generalizada en todo el mundo), de Tinelli, de Rial, de Patti, de Videla y mucho más. Pero también de los helados, los capuccinos, las medialunas, los asados, la música, los libros, la filosofía, la oportunidad de hacer todo cuanto deseas.

Aunque este viaje sea por poco tiempo sin duda será el mejor tiempo del año.

18 de junio de 2010

A José Saramago, vivo

El Ensayo sobre la lucidez viene encabezado con la dedicatoria "A Manuel Vázquez Montalbán, vivo". Es para creer que hoy también a José Saramago hay que dedicarle unas palabras por estar vivo y no por haber muerto. Así dijo en una ocasión: "Escribo para comprender, y desearía que el lector hiciera lo mismo, es decir, que leyera para comprender. ¿Comprender qué? No para comprender en la línea que yo estoy tratando de hacerlo; él tiene sus propios motivos y razones para comprender algo, pero ese algo lo determina él." Y la frase contiene tanta verdad que enseguida se convirtió en célebre. Esto es algo que siempre me ha llamado la atención en él: la profunda verdad de sus juicios, tan meditados e incuestionables como la sabiduría de los ancianos, aunque nunca lo he visto como un anciano de pelo blanco. A José Saramago, vivo. Lo vi una vez en persona y apenas intercambiamos unas palabras. Le di la mano diciéndole que le saludaba entonces, ya que no quedaban entradas para asistir a su conferencia. Y él me contestó con vaguedad: "lo siento, qué puedo hacer yo". No insistí. Era absurdo forzar una conversación. Quién soy yo. Qué podría haberle dicho que no sonara repetido, por improvisado que fuera. En una entrevista sostuvo que para él los tres escritores fundamentales del siglo XX son Pessoa, Kafka y Borges. De entre los escritores vivos, José Saramago es uno de mis escritores más admirados, junto con Enrique Vila-Matas y Herta Müller. Las preferencias se crean su lugar, aunque nunca las hayamos formulado. De José Saramago he leído una considerable cantidad de libros y en todos ellos me he dejado acompañar por la anécdota con que se inician. Como Kafka y Borges y Pessoa, José Saramago está hecho de literatura porque no podría ser otra cosa. No seré yo quien me ponga retórico con obituarios. Yo también necesito comprender. Y hay tantas cosas a los que no les encuentro el sentido.

12 de junio de 2010

La eternidad día a día

Primera página abierta por primera vez. La excitación de comenzar llena la mente de luz blanca. La espalda se arquea para que los ojos abandonen la soledad. Entre las manos hay un aleteo. La imagen de líneas obedientes, una bajo la otra, se refleja por todo el cuerpo. El cuerpo se llena de tatuajes. El hilo de la conversación se enreda en un dedo y va creando una madeja a medida que pasan las páginas. Las notas se repiten y ya no son las mismas.

1 de junio de 2010

Maria Coma



Pueden ser notas de primavera que no caben en un manoteo, pero la necesidad impone escribir cuando el aire se remueve con tal fuerza que no sabes si está dentro o fuera de ti, cuando una presencia se hace mil ojos y mil orejas, de entre ochenta y seis mil, ochenta y seis mil cuatrocientas oportunidades para que el azar se conjugue y seamos conscientes de esa excepción que mueve la cola y que se iría en silencio de no fijarnos en ella (pero cómo no verte, panza arriba, gatos indefensos, movimiento circular, la mano), si siguiéramos durmiendo hechos un ovillo blanco, y el ovillo azul seguiría de largo, buscando un mejor oído que lo desenrede y lo adopte y lo haga bailar bajo el agua, y también lo haga cielo en lugar de figura de barro, secándose al sol, cansada de todo, como podía haber ocurrido de no habernos parado a jugar con el agua y la tierra junto a aquel oso hormiguero que aspira las lágrimas hasta hacernos reír sin reservas, y que así nos den ganas de perdernos por sendas escondidas, de visitar la cueva del agua, paso a paso, sin prisa alguna, los ojos abiertos, rojo, amarillo, blanco, ecos, dulces postres, líneas verticales, líneas horizontales, palabras, palabras, palabras, y la música de Maria Coma.