4 de mayo de 2010

Apócrifo. Atribuido a mí

Uno piensa que es de su gusto lo que lee o ve o escucha porque se identifica con el texto o la imagen o el sonido. Se crea una empatía certera entre la percepción y la experiencia de ser uno mismo. Y entonces uno sustituye la anécdota ajena por su recuerdo.

Qué complicado pensarlo así. A ver qué tal se ve con luz natural.

Si pongamos que leo:

"Vengo de la calle. Día agitado. Chl me llevó a ver una silla especial para computadora, bastante cara pero que según ella resolverá todos los problemas de mi vida. La silla que estoy usando está por hacerme caer de espaldas. De todos modos tengo que esperar alrededor de una semana para que me entreguen la nueva - que, entre otras cosas, permite regular la altura del asiento -."

Enseguida este párrafo de La novela luminosa me evocará una situación muy parecida a la que cuenta Mario Levrero, y podría transformar el texto así:

"Vengo de la calle. Día agitado. Con Mar fui a ver una silla especial para el ordenador, bastante cara pero que según ella resolverá los problemas de nuestra espalda, que se está arruinando de tanto usarla frente a un monitor. La silla que estuvimos usando se balanceaba como una cobra negra, y ya parecía estar a punto de picarnos. De todos modos tuvimos que pasar alrededor de una mañana para que nos entregasen la nueva - que, entre otras cosas, pusimos a prueba con nuestros vaivenes en la tienda-."

Luego puede suceder que escuche por primera vez una canción como Wake Up de Arcade Fire:



Y su impacto emocional sea tan enorme que me obligue a escucharla una y otra vez,



y la multiplique en mi conciencia y me despierte algo como si la canción hubiese sido compuesta para mí. Y aunque en ningún momento lo crea de ese modo ya hablo de despertares y siento ganas de cantar como si de esto dependiera la salvación del mundo.

Por ahí, sin que se explique del todo, esté el significado de escribir, componer o pintar. Como una muestra de agradecimiento, puede ser la manera de devolver el favor, de entender qué es un espejo. Si uno estuviera solo el arte carecería de sentido. Y siempre faltaría una frase más que completara los puntos.

7 comentarios:

mar dijo...

Bueno es escribir textos desde donde y por su modo posibilite... que despues del punto, siga una palabra más...y otra...y otra.
Por eso son tan interesantes los puntos suspensivos...

Óscar Martín Hoy dijo...

Y sí, los puntos suspensivos pueden ser una buena invitación completar la historia. Existe el riesgo de que nos perdemos y no la podamos completar, pero bien vale la pena correr ese riesgo.

Amira dijo...

La canción es preciosa! Me encanta y es de esas que como dices tú, te dicen que las sigas escuchando una y otra vez... porque tantos recuerdos te trae. Y la mejor sensación, estirarte, con la música ( para mí de los Beatles o algo de los 70s ), y dejarte llevar por la canción, mirando hacia ... el horizonte y con la cabeza en otro sitio.

Noelia A dijo...

Sólo se convierte en literatura un texto cuando es leído por alguien, es verdad, de esta manera el escritor y el lector quedan integrados en una unidad indivisible.
Por otro lado, ningún hablante es adánico, lo que escribimos y hablamos tiene reminiscencias, hay otras voces incluídas de manera tácita en nuestros conocimientos y experiencias previos, el mismo lenguaje precede al hablante, ya estaba construido cuando lo aprendimos, resignarse nomás, jaja
La intertextualidad es muy valorada, es como una alquimia, el arte de saber integrar de manera genial todas las voces en una.
Muy buen texto, saludos

Óscar Martín Hoy dijo...

Amira, no sabía que te gusta la música de los '70 aunque tampoco me sorprende. Para dejarte llevar por la canción mirando el horizonte te recomiendo alguna de Pink Floyd, como Marooned o The Great Gig in the Sky.

Y gracias a ti también, Noelia, por completar mi texto. Si no fuera así qué sentido tendría escribir. Y qué bueno poder evocar las palabras de otros, ser eco de ida y vuelta. Qué bueno que también te haya gustado el texto.

Nelson dijo...

Bueno, dejeme decilr que Ud. lo suficientemente loco, por eso le dejo un comentario.

Óscar Martín Hoy dijo...

Me alegro de llegar al suficiente grado de locura como para contar con su visita y su comentario, Hombre de Neanderthal. Estaré encantado de recibirle siempre que desee volver.