7 de febrero de 2010

Campo abierto


(Closer)



Tiempo atrás, el mundo parecía mejor, todo estaba por estrenar y lo nuevo tenía un sabor delicioso. Lo que ellos decían a menudo correspondía con una cadencia propia. El ritmo se encontraba con la realidad y aunque a algunos no les gustaban los futuros (les sonaba a vieja retórica) los futuros seguían insistiendo con sus llamadas al timbre hasta ser atendidos. Hoy esto puede sonar a discurso vago, vano, hueco. No sabemos quiénes son ellos ni qué hicieron. Nos parecen tan desconocidos que los llamamos ellos cuando somos nosotros mismos.

Un regalo. Una mujer cargaba con su hija de un año mientras hablaba con una amiga. A su lado, otra hija, de unos tres años. La menor miraba a su hermana por encima del hombro de la madre. No necesitaban hablar, la conversación de su madre les traía sin cuidado. Tenían un asunto más importante del que ocuparse. La hermana mayor se acercó a la menor y ésta se agachó hasta la altura de sus labios. Y se besaron. Los labios y la lengua en armonía. Sin reserva ni medida. Un brillo mojado y fugaz. Al separarse la hermana menor rió de placer y la mayor obedeció el gesto de la madre, que se acomodó mejor.

Aun con retraso, hay que recoger en un diario el haz de luces y de sombras que nos rodean. Así, puede que entre sus oscuros fragmentos volteemos la horizontal rigidez de tumbarnos en la línea y despertar del olvido.

Las palabras siguen crujiendo como secas, son como una indigestión que no acaba. Aún somos la madre que habla hasta el cansancio. Y su conversación, surgida de un encuentro casual, será tan profunda como las veces que haya que repetirla, que quién sabe qué se dijo, qué se dejó de decir, que nos vemos, que hasta otra, que cuanto tiempo, cómo estás, qué es de tu vida, has sabido lo de, yo bien, todo bien, tienes prisa, y cómo llevas lo de, tenía que contarte algo, no sé qué pasaba, este dolor me está matando, y digo, qué bueno, ya está, en fin.

2 comentarios:

mar dijo...

es bueníiiisimo

Óscar Martín Hoy dijo...

Lo será por tu comentario, que está escrito con buenos ojos.