11 de julio de 2011

Por leer a destiempo

A pesar de los alientos por lo que escribo aún me cuesta creer que importen mis textos, salvo la crítica de textos ajenos porque puedo mandárselos al autor y compartirlo con él, ese otro tipo de comunicación que de alguna manera también hallamos en los blogs pero en una escala menor porque no hay tanto que decir. Así que mientras me complico dándole vueltas a mis ideas personales comento las ajenas. Lo que en ningún momento puedo dejar es la lectura, y ahora estoy leyendo a Susan Sontag y a Roland Barthes, unos libros que se publicaron en los años '60 y que entonces no leí por mi edad y porque otro libro les ganó la partida.

Sontag y Barthes siguen siendo dos escritores muy interesantes. Quizás algunos de sus pensamientos han envejecido porque la literatura de hoy no es la misma que la de hace cincuenta años pero lo que ha perdido valor literario (y tiene de histórico) no es de los temas que tratan sino de los libros que analizan. Porque, ¿quién lee hoy a Robbe-Grillett, Max Frisch o Natalie Sarraute? ¿Quién ve las películas de Robert Bresson o de René Clair? Los nombres aún pueden ser conocidos y alguna de sus obras se encontrará en las bibliotecas pero ahora sólo se ven como antigüedades. Ya no son novedad y al perder su efecto sorpresivo es como si tuviéramos que hacer el esfuerzo de conocerlas. Claro que en esto tienen que ver las modas y si de repente a alguien se le ocurre reeditar a la Sarraute y ponerla en el escaparate de todas las librerías, quién no nos dice que no vuelva a ser atractiva. ¿Pero por qué tiene que hacerlo alguien? ¿Y por qué si veo una película de Antonioni automáticamente soy un intelectual(oide), si veo una de Kieslowski soy un cinéfilo y si veo una de Edgar Wright soy una especie de nerd? ¿Por qué sólo veo confusión entre tanta palabra? ¿Y por qué las explicaciones dan más preguntas que respuestas?

4 comentarios:

Noelia A dijo...

Barthes es muy interesante. Su forma de interpretar y analizar la realidad es muy despierta. Yo había leído parte de S/z (digo parte porque venía compendiado). Es un autor que te da pautas para descubrir lo que hay debajo de las cosas. Ciertos métodos para abordar la publicidad (eso recuerdo) me parecieron sorprendentes.
De Sontag no he leído nada (todavía). Hay tanto para leer, y es verdad que a veces nos aparece otro libro que deplaza al que teníamos en mente, y así se va creando un inventario personal de deudas.
Ni hablar de aquellos libros que no se consiguen...
Tendré en cuenta a Sontag.

Un abrazo

Óscar Martín Hoy dijo...

Sontag no es Barthes, eso te lo aseguro. Pero es interesante leerla aunque cuando habla de libros que (aún) no he leído o películas que no he visto tengo ganas de que pasen rápido las páginas. ¿Me recomendarías algún autor?

Noelia A dijo...

Habitantes, qué pregunta me hacés. Se me vienen muchos a la cabeza, me resulta difícil recomendar sin conocer los gustos del otro.

De lo que es semiología me gustaron Umberto Eco y Kristeva.

Devoré un libro llamado "Elogio de la lentitud", de Carl Honoré (es breve)que me trajo cierta paz espiritual (¿psicológica?)

Mis favoritos, hablando de literatura, son Saki, Chejov, Saramago, O'Connor, Cortázar...

Ahí te recomendé a un montón que seguramente ya conocés. Otro que es genial es Bryce Echenique. Si te animás a leer "Un mundo para Julius" vas a ver lo bueno que es.

Un beso

Óscar Martín Hoy dijo...

Noelia, compartimos gustos y lecturas. He leído el de Bryce Echenique pero me apunto el de Carl Honoré, que tampoco me vendría mal un poco de paz. Un beso, hasta pronto.